Historia de Amor II :La mente solitaria

"Hey, recuerdo el ultimo Domingo. . .Chica, gracias por todo, tu. . .Tu eres mi salvación, porque sin ti puedo vivir. . .Pero sin ti soy el mas miserable."

Volvía la rutina del día a día, ahora tan solo quedaba esperar hasta el siguiente fin de semana pero. . .Para mi no era tan difícil.

Yo era diferente a los demás, era el Típico Chico Incomprendido.

El típico chaval al que nadie entendía, el solitario, el rarito... Odiaba relacionarme con la gente, no tenia amigos ni los necesitaba. Llegaba a clase, me sentaba, no dirija a nadie la palabra y me iba, nadie sabia nada de mi, no compartía mis problemas con nadie, todo mi mundo estaba en mi interior, junto a Ivette.

La echaba tanto de menos, el colegio no me importaba, los amigos ni la familia, ni yo mismo. . .Solo ella, era lo mas importante del mundo, y era mía, estaba en mis manos cuidarla y que fuese feliz, y quería lo mejor para ella, lo tendría.

Ella era diferente entre semana, se centraba en los estudios y dejaba a todo de banda, incluso a mi un poco. . .Aveces nos enfadábamos por esa razón, ella me quería muchísimo pero no la sentía cerca mio por los malditos estudios.

Cuando se acababa el colegio y me despedía de ella. . .El infierno tomaba posición y me seguí a a todas partes. Yo era el alma en pena, el cuerpo condenado del diablo, su rata de laboratorio.

Una marioneta que vagaba sin rumbo, llegaba a mi casa, cerraba las luces, ponía música de "gritos" y me quedaba solo, el mundo no volvía a saber nada de mi hasta la mañana siguiente.

Era difícil explicar aquí mismo todo lo que se me pasaba por la cabeza, mis ideas se entrecruzaban en mi cabeza como si fuesen cuchillas afiladas, y todas y cada una de ellas, hacia daño a mi mente.

Podía, tan solo decir, que yo mismo me aterrorizaba. . .Yo no era normal, estaba loco, ¡ESTABA LOCO! la sangre chorreaba de mis brazos, la única luz de aquella sala era el brillo maligno de mis ojos, de ansias de hacer daño, de ver sangre. . .Ansias de matar.

Deseaba hacer sufrir, ver sufrir, sufrir. Era lo único que yo quería, cuando ella no estaba yo me destruía, me destrozaba los brazos como si escribiese con un cuchillo en la corteza de un árbol.

Dolor, angustia, pasión, el color rojo oscuro era todo para mi, la sangre, el elixir para vivir.

Miles y miles de letras que ni yo podía descifrar estaban selladas en mis brazos con cicatrices, parecían mensajes, yo no sabia, no entendía, solo sentía placer al cortarme, al rajarme la piel y abrirme las muñecas, era algo tan revitalizante, me relajaba, yo veía el dolor como una forma de relajación y nadie podía cambiar mis pensamientos, ni la medicación.

Al final acababa perdiendo el control, la conciencia, perdía la noción del tiempo y caía en un profundo sueño, del cual nunca sabia si iba a despertar, pero siempre acababa haciéndolo, para llegar un nuevo día, y seguir con mis ganas de torturar.

Llegue al colegio, no mire a nadie y solo hable con mi amada, nos queríamos tanto que era todo perfecto, deseaba vivir para siempre con ella y estaba feliz, se me notaba la felicidad cuando la miraba a los ojos.

Me vio mis asquerosos brazos, llenos de infames marcas, se enfado conmigo y me insulto, yo. . .No sabia que hacer, me quede allí parado, sin entender, me dejo allí, ella se alejo de mi, y durante todo el día, ella estaba triste, no le gustaba que me hiciese daño, odiaba que me auto lesionara, se preguntaba el por que, si era tan feliz.

No se lo podía explicar, ni yo lo sabia, ¿Por que me cortaba, por que era tan triste mi vida? No lo se, era mi método cuando contestaba.

Me hizo jurarle que no volvería a coger una cuchilla jamas, y se lo jure, por ella. . . Aprendería a sufrir de otra manera.

Historia de Amor I :El principio de un nuevo yo.

"Cariño, soy tan feliz. . .Eres el único motivo por el cual me levanto cada mañana con una sonrisa en la boca. . .Este es el principio de una nueva vida, un nuevo amor, un nuevo cambio, un nuevo yo"

Era un día que no olvidaría. Mi primer beso, con la primera chica que formara parte de mi vida. . .Eramos tan críos y ya anhelábamos crecer para estar siempre juntos.

El amor fluía en el ambiente, cuando estábamos a solas todo era tan perfecto. . .

Ella era mágica, me hacia elevar, me hacia sentir bien y olvidar de quien soy, solo ella y yo, en cualquier momento, en cualquier situación.

Habían tantas promesas, tantas sonrisas por ver, tantos días por vivir junto a ella, era un amor de verdad.

Ya ansiaba, y con muchísimas ganas, el sábado, el día que habíamos quedado, solo habían pasado tres horas de haberla viso, y ya la echaba demasiado de menos.

Pero, todo llega un día u otro, así que ese Sábado llego y quedemos.

Fue un día muy especial, la fui a recoger y dimos un largo paseo, por la ciudad helada, teníamos las manos frías pero no las separábamos, no las escondíamos por nada del mundo, eran dos corazones unidos, latiendo juntos, dos vidas felices, que no se romperían.

Los dos sentíamos mariposas revolotear en el estomago, era una sensación tan agradable, una cosa inexplicable, placer en tan solo el verbo amarle, era algo que quería darle, porque lo era todo para mi, absolutamente todo.

Se nos veía en la cara, estábamos tan perdidamente enamorados. . .

Fuimos a cruzar la carretera, para llegar a mi casa y, descuidados de nosotros, nos saltemos el semáforo, ella era consciente y se quedo en la acera, pero yo ya había cruzado y le dije que se apresurara, así que cruzo ella también a la vez que paso un coche a bastante velocidad, yo grite pero no pude evitar cerrar los ojos, y cuando los abrí, afortunadamente Ivette estaba a mi lado y el tipo del coche tan solo se había pegado un buen frenazo, ningún accidente, gracias a dios.

-Ivette, lo siento, dios. . .Soy un autentico idiota, podías haber muerto- Le dije completamente sin aliento.

-Tranquilo, estoy bien, no pasa nada, te quiero, vamos a casa- me dijo con el tono de calma que ella tenia.

Lleguemos a mi casa, todo había salido bien, salvo lo de la carretera, así que empezamos a besarnos, a acariciarnos, volvíamos a estar a solas, volvía a salir el sol, aunque fuese de noche.

Me desperté a la mañana siguiente, ya la añoraba, sentía la cama vacía, mis brazos separados, mi corazón parado, volvía a empezar la semana, tendría que esperar hasta el siguiente Sábado.

Muerte, sangre, dolor. . .Te quiero.

Siempre estoy pensando en ella, me encantaría que fuese como yo.
Nos cortaríamos juntos, jugaríamos con la sangre, el anhelo de la vida, me beberia el suyo, le daría la mía.
La mataría, mientras nos besamos, bajo la luna y los cielos tronando, mientras la lluvia cae y viendo las hojas, por el viento, volando.
La degollaría, me encantaría ver sus ojos ahogados en la mas mayor agonía, la quiero tanto que el ultimo beso le arrebataría. . .Ver como la sangre cae por las esquinas de su boca y después, deshacerme también de mi vida, sentir juntos próxima la muerte, sentir como se avecina.
Perder el control, las sensaciones, cerrar los ojos y despedirnos de las nociones. . .
Morir en sus piernas, matarla en mis brazos.

La quiero tanto, que solo por un abrazo, rompería hasta mi mayor lazo, aquel que nos une a la vida, abandonarla así, salir del regazo.

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Porque para mi, el dolor juntos es un acto de amor, beber de tu sangre, una forma de entregarte mi corazón, sentir tus lagrimas en mi pecho, mientras estamos en mi habitación, no creas que es una forma de decir adiós.
Porque sabes que te quiero, sabes que todo por ti, sabes que aguanto el no sufrir por querer vivir, lo sabes todo de mi.
Porque quiero estar siempre contigo, pase lo que pase, ver juntas nuestras manos, aunque el mismísimo Dios matóse, quiero seguir contigo, hasta en mi ultima pesadilla, porque eres la luz que brilla, cuando retomo el camino, gracias a ti no me hundo en la orilla

¿Quien no se siente identificado?

Sentirse amado, sentirse querido y no estar solo. . .
Tener a alguien a tu lado, que te aconseje, que te apoye en todos tus pasos, alguien en el que puedas confiar cuando tienes que expresar todos tus problemas con llantos. . .
Un abrazo, un beso en la mejilla cuando mas lo necesitas, estar rodeado de gente que, pase lo que pase, siempre levanta una sonrisa en su boca.

Todos esos sentimientos, ¿Quien no los quiere sentir?
Sustituir las lágrimas por una noche junto a ti,
Cambiar una triste expresión por cualquier frase bonita que te digo cuando estamos a solas,
Tus dedos entre los mios, nuestras manos juntas, nuestros corazones palpitando al ritmo de la música, nos queremos, bajo la lluvia, nos queremos.

Todas esas sensaciones, ¿Quien no las ha sentido alguna vez?
Días tristes por días inolvidables junto a ti.
Dinero gastado en regalos para complacerte, a ti.
Todo lo que me rodea gira alrededor tuyo.
Lo eres todo para mi nena, ¿Quien no ha dicho eso alguna vez?

El ultimo adiós, el beso de despedida, la lágrima que cae primero, las llamadas perdidas, la distancia, el sufrimiento, el dejar a una persona por otra, el cansarse de "mi vida eres tu", ¿Quien no le ha roto el corazón a la persona que iba a estar con nosotros para toda la vida, alguna vez?

Miserables humanos. . .Somos patético, eh hay la prueba irrefutable.

El fingir es algo doloroso

-Algo retuerce mi inquieta mente, ¿Su rostro?

Me levante de la cama, mire el reloj, solo habían pasado dos horas, aun era pronto para llamarla. fingir
Antes, me dirigí a la nevera en busca de algo que alimentara mi pena, cogí el teléfono y, manchandolo de lágrimas, marque su numero.

Contestador, ¿What the fuck? Quiero hablar con mi novia, no con un robot.
Tire el móvil al suelo, total, mas muerto no podía estar.
Agarre mi pelo y me senté mirando al suelo.
¿Ahora que hago?

En lo alto de aquella pila de libros desordenados estaba mi salvación, no, no era un espejo.
Lo cogí, tense mi brazo y lo apoye sobre la mesa mientras que, con el otro, me secaba las lágrimas.
Había llegado el momento, ¿Suicidio? Ese acto solo lo cometian los cobardes, me podía incluir entre ellos, pero yo aun era mas cobarde por no atreberme a hacerlo.
Apreté fuertemente la cuchilla en mi piel y respirando hondo.

Mierda, faltaba algo. . .Música.
Encendí la pantalla de mi Ordenador y seleccioné "Música Aleatoria".
Volviendo a lo que estaba, volví a apretar fuertemente la cuchilla sobre mi piel, preparado para deslizarla hacia abajo lenta y dolorosamente, cuando en ese instante sonó el teléfono.

-Joder, uno no puede tomarse un descanso.

Lo cogí del suelo, era ella, así que deje de derramar inútiles lágrimas inocentes y me lo puse en la oreja.

-Cariño.
-Mi vida, ¿Que tal estas?
-Perfectamente, pensando en ti, ¿Y tu?